martes, 22 de noviembre de 2011

Consejo : La Oratoria depende mucho de tu autovaloración


Dicho en pocas palabras, casi todos tus éxitos y fracasos emanan de tu autoestima. Si tu propia opinión es que vales poco, tus éxitos y fracasos se contaminarán con dicho concepto. Tus éxitos, por grandes que sean, te parecerán ínfimos, y tus fracasos, por pequeños que sean, te parecerán inmensos, lo cual pudiera reflejarse en la calidad de tus palabras cuando hablas en público. Tus intervenciones te parecerán de baja calidad, poco productivas, y de hecho, por debajo del promedio. No participar empobrece tu autoestima; pero participar la enriquece.

Si quieres cultivar una personalidad fuerte y original y deseas que te tomen en cuenta y te respeten, ¡tienes que atreverte a abrir la boca, y cuando lo hagas, hacerlo con verdaderas ganas! Permanecer como simple observador en toda ocasión solo retrasa tu desarrollo y te cierra la puerta a muchas oportunidades. ¿Por qué viajar por la vida como una maleta en un portaequipajes y no disfrutar del paisaje ni de ninguna experiencia del viaje? Eso no te estimula.

Por eso, la próxima vez que ingreses a un auditorio, evita tomar asiento lejos de la gente, en las últimas filas, aislándote en un submundo de silencio y esperando que los demás tomen la iniciativa y te aborden para saludarte y conversar. Eso no desarrolla la personalidad. En el mundo real, esa actitud hace que siempre te pasen por alto en los proyectos, te genera estrés y te hunde en un abismo de soledad. Si puedes hablar y quieres tener éxito en la vida, tienes que abrir la boca y manifestarte, mostrar aprecio por los demás y no solo esperar que los demás siempre se acerquen a ti primero.


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